“Reformar las leyes para endurecer penas a personas reincidentes y/o que cometen delitos graves”
En la consulta digital realizada al inicio de este proceso (2024), muchos participantes destacaron espontáneamente la necesidad de tener “mano dura” contra el crimen organizado y de impulsar una reforma a las leyes penales. La propuesta de penas más severas y una mayor fiscalización en zonas de alto riesgo aparece como una forma inmediata de responder a la delincuencia.
Sin embargo, este énfasis se matiza en los espacios de diálogo grupal, donde el intercambio de perspectivas parece moderar las posturas iniciales. Al hablar sobre penas, la conversación también se orienta hacia la necesidad de una justicia más eficiente y capaz de operar sin trabas.
A pesar de que entre los expertos en el tema pueda no haber consenso respecto a la efectividad de aumentar las sanciones, pareciera haber entre los participantes una gran adherencia a las ideas en torno al endurecimiento de las penas, lo que conllevaría también mejorar la capacidad del sistema judicial. Así, este sería un anhelo de mayores castigos, pero también de mayor eficiencia.
La idea textual de “reformar las leyes para endurecer penas a personas reincidentes y/o que cometen delitos graves” es priorizada entre las tres más importantes por un 67% de los participantes y un 83% la considera altamente efectiva.
“Principalmente, implementar una ley para delincuentes reincidentes, con penas mucho más duras”